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Cada verano, los centros de transfusión gallegos alertan sobre un problema: las reservas de sangre se reducen de forma alarmante. El fenómeno se debe no solo a la movilidad como consecuencia de las vacaciones, sino también al aumento de accidentes de tráfico durante la época. En el caso de A Coruña, la situación se agrava, ya que, según la Axencia Galega de Sangue, Órganos e Tecidos, la ciudad ocupó el penúltimo puesto en tasas de donación en Galicia en el 2015.

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